Lo confirma un reciente estudio del Centro Nacional de Microbiología, que ha detectado el virus en estos parásitos en cinco comunidades autónomas del centro y suroeste peninsular.
La Fiebre Hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC) es una antropozoonosis causada por un virus del género Nairovirus, perteneciente a la familia Bunyavididae. Se trata de una enfermedad vírica, emergente en Europa Occidental, que es transmitida mediante la picadura de una garrapata (predominantemente Hyalomma spp.). Los primeros casos en humanos fueron reportados por investigadores rusos en la década de los 40 y se aísla por primera, vez en el Congo, varios años después (1956).
El virus de la FHCC se transmite a las personas ya sea por la picadura de garrapatas o por contacto con la sangre o tejidos de animales. Puede haber transmisión entre seres humanos en casos de contacto estrecho con sangre, secreciones, órganos u otros líquidos corporales de personas infectadas.
La fiebre hemorrágica Crimea-Congo durante años se ha considerado una enfermedad exótica en España. No está claro cuándo este virus parecido al ébola en algunos aspectos entró en el país, pero sí que ya circula en la mayor parte del territorio a cuestas de ciervos, jabalís o corzos y, sobre todo, en garrapatas, las principales transmisoras a los humanos.
Lo que escribimos hoy en HUNTY es algo grave y se confirma en un reciente estudio del Centro Nacional de Microbiología, que ha detectado el virus en estos parásitos en cinco comunidades autónomas del centro y suroeste peninsular.
Las sospechas de que el virus estaba mucho más extendido de lo que inicialmente se pensaba comenzaron en 2016, cuando tras muchos quebraderos de cabeza para lograr un diagnóstico, se identificó la enfermedad en un paciente y en la enfermera que le había tratado.
La presencia de este virus ya había sido detectada en 2010 en España. Este patógeno fue aislado en garrapatas encontradas en ciervos de distintas fincas de caza extremeñas, en las lindes del río Tajo en la frontera portuguesa. En 2011, el Centro de Control de Alertas del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad elaboró, junto con un grupo de expertos, un primer informe acerca de la situación de este virus en nuestro país.
Lo que parece indudable es que el virus está ya muy extendido en el país. Tras analizar más de 12.000 garrapatas, el estudio que ha dirigido Sánchez-Seco ha confirmado que el Crimea-Congo está presente al menos en Andalucía, Extremadura, Madrid, Castilla y León y Castilla-La Mancha. También se han estudiado garrapatas de Murcia, sin resultados positivos, aunque no es descartable que existan.
Tener el virus es un riesgo, pero a pesar de que hay una cantidad muy alta en España, ni las personas están constantemente expuestas, ni el virus es capaz de causar enfermedad en un porcentaje alto. Al 80% de personas que se infectan no les hace nada, explica Francisco Ruiz-Fons, epidemiólogo veterinario del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC).
SINTOMATOLOGÍA
La duración del periodo de incubación depende del modo de contagio del virus. Después de la picadura de garrapata, la fase de incubación es generalmente de uno a tres días, con un máximo de nueve días. El periodo de incubación tras el contacto con sangre o tejidos infectados es normalmente de cinco o seis días, con un máximo documentado de 13 días.
Los síntomas comienzan de forma súbita, en forma de fiebre, mialgia (dolor muscular), mareo, dolor y rigidez de cuello, lumbago, cefalea, irritación de los ojos y fotofobia (hipersensibilidad a la luz). Puede haber náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal y dolor de garganta al principio, seguidos de bruscos cambios de humor y confusión. Al cabo de dos a cuatro días, la agitación puede dar paso a somnolencia, depresión y debilidad, y puede aparecer dolor abdominal en el cuadrante superior derecho, con hepatomegalia detectable.
Otros signos clínicos posibles son taquicardia (aumento del ritmo cardiaco), adenopatías (inflamación de los ganglios linfáticos), y erupción petequial (erupción por hemorragia cutánea) en mucosas internas, por ejemplo en la boca y la garganta, y en la piel. Las petequias pueden dar paso a erupciones más grandes llamadas equimosis, así como a otros fenómenos hemorrágicos.
Normalmente hay signos de hepatitis, y los pacientes muy graves pueden sufrir un rápido deterioro renal, o insuficiencia hepática o pulmonar repentina después del quinto día de enfermedad.
La tasa de mortalidad asociada es de aproximadamente un 30%, y la muerte sobreviene durante la segunda semana. Entre los pacientes que se recuperan, la mejoría comienza generalmente al noveno o décimo día tras la aparición de la enfermedad.
¿CÓMO REDUCIR EL RIESGO DE TRANSMISIÓN DE GARRAPATAS AL SER HUMANO?
– Usar ropa protectora (manga larga, pantalones largos).
– Usar ropa de color claro para poder detectar fácilmente las garrapatas adheridas a ella.
– Usar acaricidas autorizados (productos químicos que matan las garrapatas) en la ropa.
– Aplicar repelentes autorizados en la piel y la ropa.
– Examinar regularmente la ropa y la piel en busca de garrapatas y, en caso de encontrar alguna, eliminarla de forma segura.
– Procurar eliminar o controlar las infestaciones por garrapatas en los animales y en los establos y graneros.
– Evitar las zonas en que abunden las garrapatas, especialmente en las estaciones en que están más activas.
La posibilidad de erradicar el virus en España es, a estas alturas, prácticamente imposible por tanto lo único que podemos hacer es controlarlo. A la vuelta a casa es recomendable revisarse. Si se encuentra alguna garrapata es importante extraerla de manera adecuada con pinzas y guardarla por si aparece fiebre.
¡SOLO QUEDA LA PREVENCIÓN!¡MUCHO CUIDADO! ¡En Hunty estamos comprometidos con ciencia y la caza además de la correcta gestión y conservación del medio natural y sus especies!