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De ingresos a gastos, de conservación a destrucción… Parques Nacionales.

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Los efectos que tiene la prohibición de la caza en los parques nacionales.

Se trata de una terrible medida que ya se recogía en la Ley de Parques Nacionales del pasado año 2014. La Ley 30/2014, del 3 de diciembre, de Parques Nacionales prohíbe la pesca deportiva, así como la caza deportiva y comercial en el interior de los parques nacionales. La propia ley dio un plazo de seis años para adecuar la situación hasta la prohibición total de cazar y pescar.

La nueva normativa prohíbe la caza en aquellas zonas situadas dentro de los parques nacionales como el de Doñana, Cabañeros, Monfragüe, Sierra Nevada y Picos de Europa.

Consecuencias económicas…

Según el Organismo Autonómico Parques Nacionales se firmaron hasta 36 acuerdos, principalmente con los Ayuntamientos de las localidades afectadas.

Sin embargo, esta prohibición de la caza comercial y deportiva ya supone un gasto extra ya que serán 320 millones de euros los que el Gobierno tendrá que abonar por el momento a los propietarios de las tierras en forma de indemnización.

Sin duda alguna esto provocará un aumento del desempleo y afectará de forma directa a la economía rural, bastante afectada ya. Muchos de los habitantes de los pueblos situados en el interior de los parques o en zonas limítrofes viven de la caza.

Lo más grave de la situación la sufrirán aquellos hosteleros y comerciantes que se beneficiaban del impacto económico generado por las cacerías en las localidades afectadas. Pequeñas empresas locales de hostelería y restauración, gasolineras, rehalas, empresas dedicadas a la compra de carne de caza, guardas rurales, celadores de medio ambiente, pequeñas tiendas de alimentación, taxidermias, veterinarios y muchos puestos de trabajo fijos y eventuales desaparecerán, lo que provocará más desempleo y sin duda, más abandono del medio rural, precisamente en un momento como el que vivimos en el que el país necesita que todos sus recursos sean debidamente aprovechados.

Aunque la caza deportiva y comercial han quedado prohibidas, no lo ha hecho el control de especies. Por tanto, y debido a la superpoblación de algunas especies en estas localidades, miles de animales serán sacrificados cada año para evitar que el problema siga creciendo, causando daños a los agricultores, generando accidentes de tráfico y por supuesto generando deuda y despoblando aun más nuestras increíbles zonas rurales. Como solemos decir nosotros “todo suma”.

No olvidemos que la caza en nuestro país mueve mucho turismo y por tanto genera en todos los ámbitos, se trata de un importante motor económico que recordemos que actualmente genera unos 6.575 millones de euros al PIB (Producto interior bruto) de España y supone el mantenimiento de más de 190.000 puestos de trabajo…

Consecuencias ambientales…

Parques nacionales en los que ya se ha suprimido la caza, no solo están sufriendo graves problemas medio ambientales y sanitarios, sino que además no paran de generar deuda. Es el caso de la sierra de Guadarrama, donde la alta densidad de ejemplares de cabra hispánica y su ausencia de control han producido daños irreparables en el medio como por ejemplo en la destrucción de suelos así como de importantes especies de flora autóctona y además provocando graves riesgos sanitarios con la aparición de zoonosis (“cualquier enfermedad y/o infección que es naturalmente transmisible desde animales vertebrados al hombre”) como sarna o tuberculosis, brucelosis, toxoplasmosis, peste porcina o lengua azul, por citar algunas.

Además, en esta zona otras consecuencias visibles de la prohibición de la caza vienen provocadas por los numerosos daños a la agricultura y a las repoblaciones forestales, el notable descontrol y aumento de accidentes de tráfico por colisión con fauna silvestre y la transmisión de enfermedades a animales domésticos y humanos.

Recordemos que la declaración y catalogación como Parque Nacional tiene como objeto la gestión y conservación del hábitat y de las especies animales y vegetales que en él se encuentran.

Donde antes la caza generaba riqueza y un valor económico incalculable, ahora la administración tendrá que indemnizar a los propietarios y además pagar a cazadores para realizar una actividad que hasta la fecha pagaban de sus sueldos.

Por ello, desde Hunty, pedimos una vez más que se valore el importante impacto medioambiental que tendrá la prohibición de la caza en estos entornos, pero también las consecuencias económicas para las arcas del estado y el medio rural.

Un paso atrás…

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