La caza es vida, la caza es conservación, la caza es pasión por los animales la naturaleza y todo lo que la rodea…
El mundo cinegético a lo largo de los años está cambiando por completo, a día de hoy se valora más un plan cinegético con valores de conservación y vistas de cara al futuro que un plan con total fijación en la extracción.
Pero muchos pensarán… ¿Caza y conservación son compatibles?
Hemos de afirmar que, ¡Por supuesto!
El cazador ejerce un papel fundamental en la protección del medio ambiente, creación y mantenimiento de hábitats, lucha contra grandes incendios, mantenimiento de pistas forestales, construcciones de puntos de agua vitales hoy en día debido al cambio climático, estudios de mejora de hábitats de especies vulnerables y muchas otras acciones más entre las que queremos destacar sin duda la gran implicación actualmente en proyectos de recuperación de especies como el lince, el águila real, el urogallo o el oso pardo entre otros en territorios cinegéticos.
Es por ello por lo que, de este modo, el sector cinegético es aquel que sin duda más fondos privados invierte en la protección y el desarrollo de los ecosistemas. Estas acciones, tanto económicas como de cooperación, son esenciales para la conservación y existencia en el tiempo del medio natural.
Por ejemplo, a nivel comunitario en Extremadura en temporadas pasadas, anualmente se ha estado invirtiendo una cantidad de en torno a 8,4 millones de euros. Todo este dinero consiguió dar vida al entorno gracias a la instalación de comederos y bebederos, así como con la siembra de extensos cultivos de cereales y la limpieza del medio para prevenir incendios. Más allá de estos “simples” hechos, mucho trabajo y dinero fue invertido en el futuro de nuestro apreciado lince ibérico. Es uno de los mejores ejemplos de que la caza ayuda a la conservación de las especies amenazadas en nuestro país.
El Gobierno de Castilla-La Mancha ha confirmado que la finca “La Garganta”, un coto privado de caza enclavado en pleno Parque Natural Valle de Alcudia y Sierra Madrona ha conseguido contar con la población de linces ibéricos en estado silvestre más importante del país, con más de treinta ejemplares gracias a su total implicación.
No solo biólogos, ingenieros forestales y demás científicos confirman que está saliendo a relucir la otra cara del mundo cinegético, cada día es mayor el compromiso con el medio ambiente de las nuevas generaciones y se está haciendo muy visible, así lo confirman también grandes escritores de nuestra geografía como por ejemplo Miguel Delibes.
Delibes, ingeniero de montes y biólogo, defiende el papel de la caza para “la conservación de la naturaleza y el control de poblaciones que, de otra manera, desaparecerían”, así como la importancia económica de la actividad cinegética, ante el riesgo de desaparición de la caza motivado por los muchos sectores sociales donde la caza está mal vista pero que poco a poco por suerte y sobre todo trabajo, mucho trabajo, esa percepción está cambiando radicalmente.
Otra gran preocupación actualmente tiene que ver con el abandono y despoblación del mundo rural y su economía, hoy en día muy azotada. En este sentido, Delibes recordó que la caza es muy importante económicamente porque hace frente a este problema, fijando población al crear miles de puestos de trabajo en los pueblos y supone “más de un 0,3 por ciento del PIB español, da lugar a 152.000 empleos anuales y mueve cerca de 6.500 millones de euros anuales”, según un estudio de la consultora Deloitte.
En una de sus muchas entrevistas apuntó que, como ejemplo de buena gestión las Reservas Nacionales de Caza, donde Castilla y León es la que más hectáreas tiene, y que supone un modelo de conservación de la naturaleza y el territorio innovador a través de una caza moderada, respetuosa y prudente y que contribuyó notablemente asimismo a que se conserven animales que si no, se hubieran extinguido, como es el caso del lobo (salvado de su total extinción mediante un correcto control de su caza debido a su clasificación como especie cinegética) o el oso. Todo esto se da, en buena medida, por una caza respetuosa y bien planificada que no solo es compatible con la conservación, sino que contribuye enormemente a ella.
La caza sólo puede ser compatible con la conservación de los recursos naturales si es una explotación o recurso sostenible de poblaciones silvestres. Las especies cinegéticas a nivel nacional deben de gestionarse siempre correctamente y de modo que no se comprometa la integridad y viabilidad de sus poblaciones, así como a los sistemas que las sostienen, que no deben disminuir su capacidad de mantener otros usos y recursos naturales.
Los cazadores debemos ser los primeros interesados en nuestro medio natural, que no es otro que la propia caza y los diferentes hábitats y paisajes donde se practica además de la gran pasión que tenemos por todos y cada uno de ellos.
Cada día y por suerte, la actividad cinegética tiene más importancia y peso como motor de la investigación en materia de biodiversidad, con numerosas entidades y equipos de profesionales que invierten tiempo, dinero y esfuerzo dedicando su trabajo a estudiar los diferentes aspectos de gestión, conservación y recuperación de paisajes y especies además de por supuesto un correcto aprovechamiento de las especies cinegéticas de nuestro país.
España es el país europeo mejor conservado en cuanto a medio ambiente y naturaleza, cada día sumamos más hectáreas de bosques y zonas de protección, más planes en común caza y conservación y ese es el futuro, ese es el único camino que los cazadores como colectivo debemos de seguir por un futuro de la caza sostenible.
¡España es nuestro paraíso cinegético, en nuestras manos está cuidarlo y preservarlo!
Alejandro López