Finales del mes de julio, basta con decir esto para que muchos ya sepáis de qué vamos a hablar en este artículo.
Sin duda el tema trata sobre el celo del corzo. Nos encontramos en las últimas semanas del mes de julio, semanas perfectas en las que habitualmente se produce dicho celo.
Es durante estas semanas cuando en las diferentes zonas de nuestro país, las parejas de corzos se encuentran juntas copulando varias veces al día.
El conocido nombre de este pequeño animal hace también de la suyas durante esta bonita época, el duende del bosque es esquivo hasta en su época más amorosa.
En primer lugar debemos de tener en cuenta que la mayoría de nuestras especies de cérvidos y demás fauna cinegética tienen el celo en los meses de septiembre, octubre y noviembre, es decir en otoño, de forma que las duraciones de las respectivas gestaciones dan lugar a partos en los meses de primavera, sin embargo los corzos entran en celo en pleno verano, con los meses de más calor.
Sin duda esto siempre ha generado dudas ya que la duración de la gestación sería errónea, es por ello por lo que numerosos estudios científicos se centraban en el corazón sacándonos de dudas y mostrando la vía pausa embrionaria que realiza esta especie para la correcta formación del feto y un nacimiento oportuno en primavera con los meses de bonanza alimenticia.
Por qué en Julio y en pleno verano….
Muchas son las personas que se cuestionan esto, además científicos lo llevan planteando durante años no habiendo una certeza en sus respuestas, sin duda sí que se ha llegado a la conclusión de que probablemente sea por completar sus ciclos propios naturales anuales además de ser los momentos óptimos para conformar y mantener su territorio.
De forma general el corzo defiende un territorio la mayor parte del año y no sólo en la época de celo, sino que suele adelantar sus ciclos de formación de cuerna hasta separar el mismo del momento inicial del celo, que debió de estar como en el resto de los cérvidos en los meses otoñales por eso se basan en ciclos naturales de evolución y adaptación de este pequeño cérvido.
Como consecuencia de esto, el celo se adelantó con el ciclo de la cuerna llegando a separarse incluso más de dos meses del resto de ungulados.
Cómo gestionan su gestación precoz…
A todas estas pequeñas curiosidades hay que añadir y destacar la más importante de todo su ciclo reproductivo, un fenómeno muy poco habitual en la mayoría de los mamíferos, la diapausa embrionaria o implantación diferida, presente únicamente también en pequeños grupos como pueden ser murciélagos, roedores o mustélidos como por ejemplo comadrejas o tejones en nuestro territorio.
Para explicarlo mejor, si observamos la gestación de una corza en nuestro coto, desde la época de celo, generalmente desarrollado en el mes de julio dependiendo de latitudes, hasta que se producen los partos como bien sabemos en los meses más favorables, en este caso en torno a finales de los meses de abril y mayo, podemos comprobar que han pasado en torno a casi 10/11 meses… casi dos meses más que nosotros mismos, los humanos, lo cual es de extrañar para una especie mucho más pequeña.
Por todo ello, estos detalles nos indican que el periodo de gestación de casi el doble de meses para esta especie de apenas unos 22 kg en el caso de las hembras resulta un tiempo excesivo. Cuando ocurre esto, podemos asociarlo a este fenómeno, la diapausa embrionaria, que como comentábamos se trata técnicamente de una gestación suspendida o implantación diferida que hace que el anidamiento del embrión ya fecundado ocurra en torno a 6 meses después de la reproducción o apareamiento, demostrando esto que el tiempo real de gestación va a ser de en torno a 4/5 meses y el cual sí que sería acorde a el tamaño de este admirado cérvido.
Mejores momentos de caza durante el celo…
Una ventaja y de las más importantes en esta época es su descontrol total del entorno y que además se mueven a lo largo de todo el día.
Sin lugar a duda, siguen concentrando sus esfuerzos en los momentos del alba y del ocaso, pero los calores les hacen andar en movimiento muchas más horas por lo que se harán más visibles y además debido a este excesivo esfuerzo, acudirán a sus puntos de agua de referencia más a menudo y cualquier hora del día.
Localización de corros de cópula…
Durante nuestras salidas veraniegas, puede ser fácil observar estos conocidos círculos o corros de cópula que literal son sendas circulares en la hierba que dejan al perseguirse durante el celo, como bien sabemos el corzo es un animal de costumbres por lo que mantenernos a la espera en estos puede dar sus frutos y abatir un día u otro al corzo “dueño” del mismo.
En conclusión, el celo es algo impresionante y muy bonito para disfrutar del corzo en su esplendor pero a su vez es por así decirlo “raro”….
Lo más importante y característico del celo es la constante movilidad, así que tendremos que tomar decisiones en cuestión de pocos segundos y sin mucho tiempo para pensar.
Seguro que todos nuestros consejos de este artículo te sirven y además tendremos oportunidades de esas de manual en que el corzo y la corza están “enamorados” dando vueltas al único matorral de un inmenso prado y lo único que tendremos que hacer es esperar un descuido. Pese a ello, lo normal será verlos salir a la siembra o el claro el uno tras la otra y tal cual salen se esconden para no volver a verlos en todo el día.
Por todo esto desde HUNTY os deseamos que disfrutéis de estas preciosas semanas y recordar que para esta caza lo más importante es armaros de paciencia y disfrutar del campo en cada salida. ¡Muchos corzos se matan con el culo!
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