Amanecía en el complejo rural del Buraco en Santiago de Alcántara, donde Jesús Carrero y Antonio Pavón habían dado cita a sus monteros para cazar de manera conjunta las fincas de L´Agapita y Valdehombre.
Llevaban mimando las fincas las dos organizaciones desde principios de verano, con todo lujo de detalles para que nada fallase en la fecha acordada, así, muy tempranito tomaban la palabra los dirigentes de Monteros de Sopetrán y del Hito para dar las ultimas indicaciones sobre el estado de la mancha y el orden de salida de las distintas armadas, que se irían intercalando de ambas fincas para quedarlo todo bien cerrado antes de la entrada de las traviesas.
El bingo fue repartiendo a los monteros en suertes y sin dilación alguna iban partiendo hacia el cazadero a la par que iba vaciandose el salón de asistentes. Diez y veinte de la mañana cuando partía la última de las traviesas y sobre las once se abrían los portones de los perros habiéndose contado ya mas de
treinta disparos repartidos por las distintas armadas que conformaban el mapa de la montería.
El transcurso de la misma fue intermitente, con disparos que se convertían en tracas cuando se iniciaban y volvía el silencio, se iniciaba otra racha de disparos y volvía el silencio, todo, a medida que las rehalas iban encontrando pelotas de reses y las empujaban a las distintas lineas de tiro.
En suertes el uno de la traviesa, donde cuando más entretenido estaba esperando la entrada de los jabalíes que había escuchado perfectamente llegar al borde de la mancha, se presentó por el lado opuesto un venado sobre el que jugué lance afortunado, quedándome con él. De los guarros,
nunca mas volví a saber.
Pasaron dos pelotas de reses por mi postura, con varios venados de buen porte en el medio de ellas, pero debido a que en nuestra armada no estaba autorizada a disparar sobre ciervas, decidí no ejecutar lance por miedo a abatir lo que no debía.
Entretenido estuve durante toda la jornada, al igual que el resto de los monteros, como el amigo Pinilla Jr, que se hacía con cuatro venados en su retorno al monte tras un parón montero. Enhorabuena!!!.
También hay que felicitar a Francisco Pavon Jr, que en el seis de la Reforestación se hacía con su primer venado en un lance trepidante, cuando le cumplían en la postura una pelota con mas de treinta reses, entre la que viajaba un gallardo venado, y haciendo lo imposible por cogerlo destapado
consiguió engancharlo de cuartos traseros, precipitándose valiente hacia el puesto de Joaquín Gonzálvez que se lo remataba gustoso.
Hubo muchísimos monteros con dobletes como el amigo Jorge también en la armada de la reforestación, o el amigo Victor que en el cierre del Tajo se hacía con dos venados y un navajero, viendo como el puesto contiguo al suyo se hacía con un venado y dejaba herido otro que se tiraba al río y que
impotente veía como la corriente se lo llevaba para siempre.
La montería fue todo un éxito y sobre las dos estaba todo el mundo camino de la comida, con un calor excesivo que azotaba en un día para nada deslucido. Los remolques iban llegando a la reunión cargados de reses, mientras los carniceros no dejaban de trabajar el tapete si iba llenando una y otra vez con venados distintos, algo nunca visto en este cortijo.
Al final, se cobraron setenta y cuatro venados, destacando catorce o quince de entre doce y dieciséis puntas, con un porte importante, ocho jabalíes entre los que destacaban dos navajeretes y un buen puñado de ciervas de gestión.
Todo un éxito para la unión de estas dos serias organizaciones extremeñas como son Monteros del Hito y Monteros de Sopetran.
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