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Montería en Lomo de Hierro-Matallanas de Morales Arce

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Arrancaba la temporada para Cinegética Morales Arce en la mañana del pasado sábado 7 de
octubre
, en la que la organización había preparado con mimo durante todos estos meses la
finca, Lomo de Hierro-Matallanas.

El cambio de fecha de esta montería que en la pasada campaña se produjo a finales de
temporada, fue debido a que la misma contiene muchísima agua en la parte del ribero, por lo
que se preveía que los animales estuviesen concentrados en la parte del mismo por las
inclemencias meteorológicas y el árido verano que hemos tenido.

Poco más de las ocho de la mañana, comenzaba el goteo de asistentes a la ubicación enviada a
través de las nuevas tecnologías, y sorprendidos, los monteros iban acomodando sus vehículos
para degustar el desayuno en un entorno idílico, con inmensos llanos donde se perdía la vista
sin divisar una sola mata.

Es esta preciosa finca de Lomo de Hierro, un paraíso construido por y para la caza menor, con
una parte digamos, “más alta”, donde siembras y páramos constituyen un entorno propicio
para la cría de la liebre y la perdiz.

A pocos metros de la entrada de la finca los monteros disfrutaron de una inmejorable
compañía, reencuentros con amigos que hacía tiempo no se coincidía y la ilusión de un nuevo
día de montería.

Poco tardó el amigo Pepe Morales en comenzar a dar las ultimas indicaciones y a sortear los
puestos, que por armadas irían partiendo a la postre al cazadero. La parte que se iba a montear eran los riberos estas dos preciosas fincas (Matallanas y Lomo de Hierro), situadas en término municipal de Santa Marta de Magasca. Las aguas del Rio Magasca y su afluente el Tamuja, a lo largo de los siglos han erosionado con fuerza dando forma a su antojo unos profundos y bonitos meandros donde en las laderas de estos, los jabalíes encaman debajo de las tamujas, escobas, hiniestas, chaparras y acebuches, que es la vegetación dominante. Estos profundos riberos ofrecen a los monteros, unos testeros de ensueño, donde los lances a los jabalíes hacen que sean en muchos casos a más de 200
metros.

Con mucha ilusión, tanto propiedad como organización, habían comenzado a trabajar esta
montería desde el día después de la de la pasada campaña. Según exponía Morales Arce, “da
gusto trabajar con propiedades que su única prioridad es que los monteros disfruten lo
máximo posible el día de la montería. Que tengan especial atención a la perfecta organización
de la misma, y por supuesto se preocupen en tener tranquila la mancha y con comida de sobra
para los animales”.

Con toda la mancha y cercas linderas a las mismas muy marcadas por los jabalíes y los
comederos siendo visitados todas las noches, encaraba la organización las últimas semanas a
la montería con mucha incertidumbre.

Aún con muchos rastro de los guarros por todos sitios, la inquietud era notable en saber si
encamaban dentro de los barrancos de las fincas, ya que que estos no tienen mucha fuerza de
monte y si la encuentran en fincas linderas o cercanas como Gudalperalón o Pascualete.
Y en este punto se encontraban los monteros, partiendo en los todoterrenos hacia el cazadero,
comprobando “in situ” la abundancia de rastros frescos, de la noche anterior de jabalíes y de
alguna res. ¡Los corzos ni mirarlos!, insistía Pepe cada vez que partía una línea de puestos a
la mancha.

Con todos los cazadores en las tablillas y antes de ordenar a las rehalas la entrada a los puntos
de sueltas, algún disparo se escuchaban en el cierre antes de soltar en los barrancos más
profundos del rio Tamuja en la parte de Matallanas. Detonaciones que tranquilizaban algo a
organización y propiedad al entender que los guarros estaban dentro.

Con la suelta de las rehalas se hizo un silencio que solo fue roto en el momento que las mismas
dieron con los encames, para comenzar la fiesta. Desde entonces y hasta que el excesivo calor
desgastó a los canes, que por desgracia no fue mucho tiempo, fue una ladra y un estrépito de
carreras y disparos.

Al final entre todos los monteros y en un día en el que el calor deslució el trabajo duro que realizaron perros y perreros se pudieron cobrar un total de quince jabalíes y tres ciervas.

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