¡Sin lugar a dudas la respuesta es un sí! Solo tienes que consultarlo en tu comunidad autónoma para poder realizar una solicitud o recibir una autorización excepcional para el control poblacional de jabalíes por daños…
El jabalí sin duda es una de las especies más queridas por muchos cazadores a lo largo de toda la península, siendo en muchas comunidades autónomas la especie fundamental de caza, tanto en las batidas en el norte como en el sur siendo más usual cazarlo de forma individual en esperas nocturnas.
Pese a esto, en varias comunidades a lo largo de España el jabalí se ha convertido en un animal muy dañino para ciertos sectores, principalmente los agrícolas y forestales. Esto es debido a que el jabalí es una de esas especies que muy posiblemente se reproduzca a lo largo de todo el año dependiendo de la disponibilidad de alimento y de la climatología, lo más común aun así es que su época de reproducción se produzca entre noviembre y diciembre cuando esta especie entra en celo.
En condiciones normales el celo de la jabalina dura alrededor de entre 20 y 24 días. Las hembras de jabalí suelen tener su primer celo cerca del primer año de vida, para ello, el peso va a suponer un parámetro que denotara la madurez sexual del ejemplar y este peso es más o menos cuando alcanza los 30 kg. El celo de cara a noviembre y diciembre también viene determinado por el cese de la lactación o destete de las crías del año anterior ya que con ello habrá llegado el momento de finalizar la lactancia.
Con un periodo de gestación de aproximadamente 4 meses, al igual que el cerdo doméstico, el tamaño medio de la camada es aproximadamente de 6 crías o rayones, también dependiendo esto de la hembra y en especial de su condición física.
Por todos estos factores, si la caza no está bien gestionada y regulada la población de jabalíes puedes llegar a descontrolarse. Sin duda ante esta situación la mejor herramienta de gestión una vez más es la caza.
A lo largo de estos últimos años varias comunidades han declarado emergencias cinegéticas ya no solo por riesgo y causa de daños, sino para prevenir una enfermedad que anualmente está aumentando sus casos, nos referimos a la peste porcina africana.
Por este motivo, en algunas comunidades autónomas el jabalí se puede cazar a lo largo de todo el año consecuencia de la declaración de la emergencia cinegética. Sin duda esta especie ha destacado sobre las demás ya que se ha ido controlando sus poblaciones y pese a ello las poblaciones han crecido de forma muy pronunciada igualmente.
El jabalí produce daños en las cosechas ya que hoza para hacerse con frutos y brotes del suelo, arrasa todo el entorno así como también arrasa con la caza menor pues depreda huevos de aves de caza y también pequeños gazapos de conejos y liebres. Pese a esto el mayor riesgo de momento es debido a los brotes de peste porcina africana ya que a que en muchas ocasiones la cercana convivencia, suponga la transmisión al cerdo doméstico y en particular a la especie Ibérica ya que vive en libertad y posee un gran valor en nuestro país.
Actualmente los cotos tienen la obligación de informar cada tres meses de las incidencias para así obtener monterías fuera del periodo de apertura de la veda solicitando las mismas por daños. Asimismo también se conceden permisos de una modalidad que sin duda está en auge en nuestro país, la espera nocturna o el aguardo. Además gracias a estas grandes poblaciones, recientemente en diferentes puntos de nuestro país, se están dando jabalíes de trofeos de gran tamaño que hace muchos años no se veían, lo que está llevando a una solicitud impresionante por parte del sector de este tipo de cacerías.
Otra parte a destacar en este artículo es que no todo va a ser noticias negativas, esta situación del jabalí no es negativa para muchos cotos en diferentes provincias o comunidades ya que sin duda han notado una gran mejoría en los ingresos debido a esta modalidad. Incluso más en cotos que únicamente generaban ingresos por la caza menor.
Un claro ejemplo de este gran problema nos lleva hasta el Parque Nacional de Doñana, uno de los parques clave en la conservación de la biodiversidad tanto en fauna como en flora. Allí la inexistencia de predadores para el jabalí obliga a que éstos tengan que ser cazados de forma constante ya que una superpoblación arrasaría con flora protegida y especies animales en peligro. Es por ello que hace pocos años se han llegado a cazar en Doñana hasta 1000 jabalíes por parte de los guardas del parque y además comprobando estos que casi la mitad de los ejemplares tenían tuberculosis con un claro riesgo de extensión y propagación a la importante cabaña ganadera de Doñana.
Otro punto positivo, tiene que ver con la industria cárnica con la carne de jabalí ya que recientemente está generando muchos ingresos con su venta como es el caso de Andalucía que actualmente exporta más del 95% de la producción. En Andalucía se consume sobre todo la carne de caza mayor en forma de embutido y especialmente en las comarcas más cinegéticas.
Sin duda una vez más, la caza es la principal herramienta de gestión. En la totalidad de cotos a nivel nacional se debe de realizar una buena gestión, correctamente realizada y teniendo en cuenta todos los puntos clave de la ecología. La gestión cinegética no es un aspecto nuevo en el mundo de la caza pero sí complicado de introducir en determinados sectores que no terminan de comprender que sobre cualquier especie, la caza supone una clara herramienta de selección de individuos y de erradicación de enfermedades. La caza tiene dos vías, una es la disminución de las poblaciones por el resultado de una mala gestión y una caza incontrolada y por otra parte debido a la implantación de una correcta gestión aumentará notablemente la calidad de sus poblaciones y un aumento controlado de las mismas.
El objetivo de la gestión en la caza no es únicamente mantener, aumentar o disminuir las poblaciones, sino también pasa por buscar una perfecta y correcta escala de edades y proporción de sexos.
La caza en nuestro país y en la mayoría del mundo es la principal herramienta de gestión y conservación del medio natural.