Un elemento básico para nuestras salidas de caza casi siempre es la mochila, vital en muchas ocasiones y es que, dependiendo de la modalidad, elegir el modelo adecuado es fundamental para asegurar una buena jornada y asegurándonos que podremos portar con todo lo que nos hará falta,
Actualmente las mochilas han evolucionado notablemente, tanto en diseño como en materiales y cada vez se cuida más la distribución de pesos y el sistema de transporte de la carga haciendo que cada vez sean más cómodas.
En nuestras armerías de confianza vamos a encontrar muchos de modelos diferentes, pero sin duda no podemos guiarnos por el aspecto de la mochila. Por todo esto hoy destacamos lo más importante a valorar de una mochila:
VOLUMEN DE LA MOCHILA
Como comentábamos, esto va a depender de nuestra modalidad. Si son para medias jornadas o tan solo unas horas, una mochila de hasta 30 litros sería suficiente. Si vamos a realizar cacerías en las que llevamos catalejo, trípode, cámara, botiquín, ropa y más accesorios, debemos de valorar mochilas de tamaños entre 35 y 45 litros.
Si nuestra modalidad es la de caza en alta montaña y vamos a cazar durante varios días tendremos en cuenta mochilas de 70 o 80 litros.
PARTES DE UNA MOCHILA
Algo muy importante es la rigidez, la estructura de nuestra mochila puede ser rígida o blanda y dependiendo de eso nos va a indicar la cantidad de peso que podemos portar. Dependiendo del peso de lo que se vaya a transportar el armazón es más rígido o menos.
Básico es que la mochila de caza se adapte bien al cuerpo, no es lo mismo que lleve una determinada mochila de caza una persona que otra por eso las mochilas cada vez se diferencian más dependiendo de la talla o altura que tenga cada persona.
Una buena mochila será aquella que nos resulte cómoda y confortable, ya que compartiremos muchas horas con ella a nuestra espalda y lo ideal sería casi ni notarla.
Para garantizar que esto es así conviene conocer las diferentes partes que las componen:
1. La espalda, la parte clave de cualquier mochila, la gran mayoría de los modelos incluyen espaldas acolchadas. Es importante que este acolchado no sea excesivo, puesto que en ese caso corremos el riesgo de alejar la carga de nuestro eje de gravedad.
2. El cuerpo, un cuerpo alto y estrecho transmitirá la carga mejor en vertical e irá más pegada a la espalda, pero a su vez la estrechez hace que el volumen sea menor.
3. El bastidor, el elemento encargado de soportar y transmitir la carga al cinturón.
4. Las cintas de compresión y de ajuste las cuales permiten ajustar el tamaño y ajustándola mejor a nuestro cuerpo.
5. El cinturón lumbar, permite transmitir la carga de manera adecuada, trasladando el peso a las caderas y evitando que éste recaiga sobre hombros y espalda.
6. Las hombreras, las cuales se encargarán de estabilizar la carga y repartir el peso. Intentaremos siempre no llevarlas tensas para no cargar demasiado peso en ellos.
7. Pequeños bolsillos que nos ayudan o complementan para guardar pequeños elementos del equipo.
EN RESUMEN, ¿QUÉ LE PEDIMOS A NUESTRA MOCHILA?
Sin duda esta pregunta es muy importante para nosotros, a una mochila como mínimo debemos de exigirle que:
– Nos garantice que no se va a romper ni se producirán pérdidas de material por su mal diseño como por ejemplo en los bolsillos externos.
– Que nos ofrezca la posibilidad de realizar una distribución adecuada del peso. El peso de la mochila debe estar correctamente equilibrado y ha de distribuirse entre nuestros hombros, espalda y caderas.
Las mochilas hoy en día valen su dinero por lo que debe de contar con materiales de máxima calidad. Por supuesto fabricada en materiales de calidad garantizada que resistan la abrasión y el constante frotamiento.
– Buenos acabados y costuras firmes ya que las costuras unen las distintas partes de una mochila y, por lo tanto, su importancia es vital. Todas las costuras de la mochila deben ser de calidad.
– Que sea cómoda ya que, si esta no nos resulta cómoda, por mucho diseño ergonómico que tenga, no querremos echarla a nuestra espalda.
Buscaremos todas estas características anteriores, pero a su vez que la mochila sea completa y lo más ligera posible acorde a su tamaño.
Es muy probable que necesitemos tener varias mochilas para cubrir todas nuestras necesidades, para rececho serán preferibles mochilas ligeras y con un diseño bien estudiado que permita una buena ventilación de la zona lumbar y de la espalda. En este caso no será tan necesario que la mochila disponga de excesivos bolsillos y compartimentos.
En resumen, siempre buscaremos que una mochila se adapte a nuestro cuerpo, con capacidad de ajuste, cómoda y ligera pero sin sacrificar esa resistencia fundamental para largas jornadas o parajes en los que sufrirá cierto desgaste o riesgo de abrasión.
Alejandro López