El rececho macho de arruí es uno de los más bonitos, ya que impacta mucho por la corpulencia que tienen y las largas barbas de los grandes machos y los grandes rebaños que se pueden encontrar. La mejor época para su abate es cuándo están en celo, entre noviembre y diciembre, pudiendo adelantarse o atrasarse el periodo de celo dependiendo de las lluvias y el frío, pero es cuándo mejor se dejan ver y cuándo los grandes machos dan la cara. Como se caza en fincas abiertas, dónde el arruí se encuentra en su hábitat entre barrancos, gargantas y grandes extensiones de terrero, se tienen avistados muy buenos machos, pero no es garantizado abatir medallas, aunque al cabo de la temporada se abata algunos medallables.